1. Falta de hidratación.
Hidratar el cabello en profundidad es clave para que tu melena no necesite buscar esa hidratación que le falta en la humedad del entorno. Por ello, el uso de acondicionadores y mascarillas hidratantes es un paso esencial en la rutina de cabellos con frizz. Te recomendamos aplicar un acondicionador sin aclarado tras cada lavado y, una vez a la semana, aplicar una mascarilla antiencrespamiento durante al menos 10 minutos.
2. Cabello dañado por herramientas de calor.
El cabello dañado es mucho más poroso, haciendo que la humedad del entorno penetre hasta a la fibra interna del cabello mucho más rápido y facilitando que la melena se encrespe.
Una de las principales causas de daño capilar es el uso frecuente de herramientas de calor sin protector térmico, volviendo el cabello mucho más seco y frágil.
Aplica siempre un protector térmico en spray antes de utilizar el secador o la plancha. Si, además, es antiencrespamiento, como el protector FRIZZ CONTROL, conseguirás un mejor resultado.